Miguel A. Pinto




Prólogo editorial:



Se oye el largo cántico del chamán Selk’nam dar a los cuatro cielos y a la tierra el último, esta vez el último llamado a la Ceremonia del Hain. Quisiera uno corregir este comienzo, pero fue el definitivo, y si perseveramos en el respeto a los señores y dueños de esta tierra, lo seguirá siendo, y no se lo tragará el olvido. Esto no se trata ni de mitología ni de realidad, sino del diálogo, del roce físico entre estas dos dimensiones. Las madres de los klóketen lloran y cantan. Sus hijos tiemblan pero no dan ni un paso atrás, no pueden, se acercó a ellos un espíritu, Shoort, a quebrarle el tiempo, a separarlo de su madre, a retarlo para luchar, es hora, mano a mano, joven contra espíritu, realidad contra mitología. Las mujeres no entran, y sin embargo, son las únicas espectadoras,  sin ellas nada de esto hubiera sido posible, nadie se atreva a revelarles el secreto, nadie se atreva a castigarlas, nadie se atreva a alimentarse antes que ellas, nadie se atreva, nadie se atreva, nadie se atreva. Que nuestros enmascarados espíritus se encarguen de mantenerlas bajo nuestro cuidado. Ahí vienen. Preparen a los klóketen. Hoy será un buen año, en caso contrario, la ceremonia no finalizará hasta que entonces lo sea, y estremezcamos lo suficiente.


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Cita del libro:


K´tetu

Es uno de los quince espíritus Shoort. Imitaba a la lechuza, con su movimiento de cabeza, tirón brusco y repetido. La musculatura de los hombres que lo personifican debiera ser dura como piedra. Se presenta siempre con los puños cerrados, el dorso de la mano vuelto hacia afuera. Al salir del Hain y al volver a entrar, se detiene, mira al público y hace el mismo ademán; alza los brazos con los puños hacia arriba como si flexionara los bíceps. Como los demás espíritus, nunca habla. Sus movimientos son rígidos y tajantes como para amedrentar al público. Los espíritus que entran directamente al campamento se les exige gran adiestramiento y aptitud. Este es el de más difícil desempeño. Como se desplaza entre las mujeres y los niños, no puede permitirse ni el menor descuido, puesto que cualquier ademán que revele la condición de hombre traicionaría “el secreto”.






Miguel Angel Pinto, nació en Comodoro Rivadavia y hace 30 años que reside en Rio Grande. Comenzó su actividad literaria desde muy joven caracterizándose por la temática regional en sus poemas. Participó en distintos certámenes literarios, exposiciones y encuentros de escritores regionales.
 Editó su primer libro en 1998 “Sentires de vida” y en 2000 presentó “Wulaia”. Editó dos pequeños libros de investigación que tienen que ver con Costumbres Araucanas como “La Machi” y “El Camaruco”.
Participó en dos oportunidades en la Feria Internacional del Libro representando a Tierra del Fuego. Obtuvo el Segundo Premio Nacional de Poesía en el concurso “Horacio Rega Molina” de La Plata en el año 2000 como así también distinciones nacionales e internacionales; tal el caso del Certamen Binacional de Cuentos organizado por la Secretaría de Cultura de Punta Arenas.
 Desde 1997 participó de la SADE, primero como vocal, luego Vicepresidente y Presidente de la Seccional hasta 2005. Generó un proyecto para la inserción de escritores en las escuelas trabajando como tallerista en varias instituciones educativas.
 Su trabajo próximo a editar es un libro de poemas titulado “Agarrado de la Luna”. Actualmente se desempeña como coordinador de talleres culturales y recreativos en el Hogar de Día de Río Grande.


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Regreso al Hain por Miguel Angel Pinto se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.

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